domingo, 14 de octubre de 2007

EL VENDEDOR DE TIEMPO







Aquí os dejo una pequeña sinopsis que he encontrado del libro "El vendedor de tiempo" de Fernando Trías de Bes.
SINOPSIS
La diferencia entre el vendedor que prospera y el que lucha por sobrevivir, es que el primero piensa y actúa como si él mismo fuera la compañía y no como un empleado. El trabajo en sí mismo no es lo importante; lo que cuenta es la forma de desempeñarlo.

Este libro ha sido escrito pensando en un objetivo: el de satisfacer las necesidades del profesional de ventas que desee aprender y adoptar un enfoque y una práctica para desarrollar profesionalidad en su nivel más elevado, para así crear una filosofía orientada al cliente que cree buenas esperanzas a largo plazo y unas relaciones sólidas empresariales.

La Venta No Manipuladora considera el contacto con cada uno de los clientes como un proceso personalizado para solventar problemas en el cual lo que importa sobre todo es la persuasión. Un vendedor no manipulador, por tanto, no es agresivo sino más bien el consultor y e1 enlace entre la empresa y sus clientes. Sea cual sea el tamaño de la empresa que usted está dirigiendo, esta técnica de ventas es el camino correcto por el que navegar hacia el éxito.
Espero que os sirva un poco de ayuda.
Saludos
Tamara

DINÁMICA 2: " EL BARÓMETRO DE VALORES"

¡ HOLA!
La dinámica de esta semana ha estado basada en el concepto tan relativo como es el "tiempo". La sesión del lunes ha consistido en decir algunas frases relacionadas con el tema en cuestión y posicionarse a favor o en contra de ella. La misión en cierto modo era dar tus argumentos con la intención de hacer caer los pilares del bando contrario.

Algunas de las frase comentadas han sido:

1. El tiempo es un elemento que favorece los procesos educativos heterogéneos, complejos y singulares.
2. La cultura educativa se basa en planteamientos circulares.
3. El tiempo está estrechamente relacionado con el desarrollo económico, social y cultural.
4. El tiempo es uniforme y en sí ya tiene “cualificación”.
5. Al estudiar los problemas del tiempo se aprenden cosas sobre la humanidad y sobre uno mismo.
6. El tiempo es justamente lo único que nos pertenece.
7. El tiempo es un valor colectivo.
8. El profesorado vive otro tiempo.
9. La normativa sobre los horarios escolares es coherente con los proyectos educativos del centro.
10. El reloj nos proporciona la precisión educativa que necesitamos.

La frase con la que me quedo es "el tiempo es justamente lo único que nos pertenece". Ha sido la que más clara he tenido justamente poruq el tiempo no pertenece a nadie, es algo que no podemos comprar ni adquirir de ninguna manera. El tiempo pasa y nada ni nadie lo puede detener, por tanto no es de nadie. Más de alguna persona quisiera comprar el tiempo y poderlo manejar.

FREDERICK TAYLOR

Ingeniero norteamericano que ideó la organización científica del trabajo, nacido en la ciudad de Germantown (Pennsylvania) en 1856 y muerto en Filadelfia en 1915.

Su formación y su capacidad personal permitieron a Taylor pasar enseguida a dirigir un taller de maquinaria, donde observó minuciosamente el trabajo de los obreros que se encargaban de cortar los metales. Y fue de esa observación práctica de donde Frederick Taylor extrajo la idea de analizar el trabajo, descomponiéndolo en tareas simples, cronometrarlas estrictamente y exigir a los trabajadores la realización de las tareas necesarias en el tiempo justo.
EL TAYLORISMO
El desarrollo del capitalismo promovió un avance incesante de las técnicas productivas y de la ciencia aplicada al desarrollo industrial. Las empresas, que competían entre sí por controlar los mercados, buscaban reducir sus costos de producción. El avance tecnológico nuevas máquinas, medios de transporte más veloces, el uso de la electricidad permitía abaratar los costos; también influía en éstos la forma de organizar las tareas dentro de las fábricas. Los primeros pasos consistieron en la imposición de una disciplina muy severa y en una mayor división del trabajo, para que cada obrero realice unas pocas operaciones de manera repetida.

El deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo de la industria llevó al ingeniero norteamericano Frederick W. Taylor (1856- 1915) a realizar un estudio minucioso de las tareas fabriles. Su objetivo era eliminar los movimientos inútiles y establecer por medio de cronómetros el tiempo necesario para realizar cada tarea específica. A este método se lo llamó organización científico del trabajo o tcylorismo.

Según el propio Taylor, las etapas para poner en funcionamiento su sistema de organización del trabajo eran las siguientes:
1. Hallar diez o quince obreros (si es posible en distintas empresas y de distintas regiones) que sean particularmente hábiles en la ejecución del trabajo por analizar.
2. Definir la serie exacta de movimientos elementales que cada uno de los obreros lleva a cabo para ejecutar el trabajo analizado, así como los útiles y materiales que emplea.
3. Determinar con un cronómetro el tiempo necesario para realizar cada uno de estos movimientos elementales y elegir el modo más simple de ejecuoon.
4. Eliminar todos los movimientos mal concebidos, los lentos o inútiles.
5. Tras haber suprimido así todos los movimientos inútiles, reunir en una secuencia los movimientos más rápidos y los que permiten emplear mejor los materiales más útiles.

La aplicación del sistema de Taylor provocó una baja en los costos de producción porque significó una reducción de los salarios. Para estimular a los obreros a incrementar la producción, muchas empresas disminuyeron el salario pagado por cada pieza. Hacia 1 9 1 2 y 1 9 1 3 se produjeron numerosas huelgas en contra de la utilización del sistema de Taylor.

Para que el sistema ideado por Taylor funcionara correctamente era imprescindible que los trabajadores estuvieran supervisados en sus tareas. Así se conformó un grupo especial de empleados, encargado de la supervisión, organización y dirección del trabajo fabril.

Quedaba atrás, definitivamente, la época en que & artesano podía decidir cuánto tiempo le dedicaba a producir una pieza, según su propio criterio de calidad. Ahora, el ritmo de trabajo y el control del tiempo de las tareas del trabajador estaban sujetos a las necesidades de la competencia en el mercado.

"TIEMPOS MODERNOS" BY CHARLES CHAPLIN

Antes de adentrarnos en la propia película, deberíamos conocer unas pinceladas de la vida de su actor principal; Charles Spencer Chaplin.



Director, actor y productor de cine de origen británico, creador del mítico personaje de Charlot. Hijo de un humilde matrimonio de artistas de variedades, su padre falleció siendo él muy pequeño y su madre sufría trastornos mentales, por lo que pasó parte de su infancia y su adolescencia en la calle o acogido en distintos orfanatos. Debutó en escena a los ocho años de edad y continuó actuando en distintas compañías ambulantes hasta que logró destacar en una de las más célebres de Londres.


A los veintiún años se trasladó a Estados Unidos, donde se dedicó al medio cinematográfico.
La mordacidad con que Chaplin criticaba problemas sociales y satirizaba muchos de los aspectos de la vida estadounidense creó mucha polémica. Acusado de comunista en el ambiente enrarecido de la llamada caza de brujas, y perseguido por el escándalo que originó el último de sus cuatro matrimonios, con Oona O’Neill, la hija del famoso dramaturgo, que contaba sólo dieciocho años, terminó por abandonar Estados Unidos.






Tiempos Modernos significó la última aparición en pantalla de Charlot, el personaje que dio a Charles Chaplin fama mundial, y que todavía permanece en el imaginario colectivo como una de las figuras más queridas y reconocidas del séptimo arte.

La película es una sátira del maquinismo y del capitalismo como máximos responsables de la deshumanización del individuo; una verdadera crítica a la explotación del hombre propia de nuestros 'tiempos modernos', siempre tratada en clave de humor. Ya que, en palabras del propio Chaplin, "la comedia es el estudio más serio del mundo”.

El film se rodó en 1936, en plena resaca de la Gran Depresión Americana, cuando el desempleo masivo coincidía con la también masiva implantación de la automatización industrial; un contradictorio contexto de huelgas, paro y mecanización, que queda perfectamente reflejado en la pantalla. Una de las escenas más emblemáticas es aquella en la que Charlot aparece literalmente engullido por la inmensa máquina del progreso.

A pesar de que el sonido sincrónico se había implantando ya desde 1928, Chaplin se resistía al cine sonoro considerándolo la ruina del arte de la pantomima. Así, Tiempos Modernos se concibió inicialmente como una película muda.

No obstante, Chaplin decidió incorporar unos pocos diálogos en la película como símbolo de deshumanización, y por ello, hizo que “hablaran” solamente las máquinas.

También en Tiempos Modernos -por primera vez en toda la filmografía de Chaplin-, Charlot muestra su voz al público. Pero, fiel a sus principios, lo hace sin decir ni una sola palabra: en la escena del café-restaurante, éste interpreta una canción cuya letra “olvida” convenientemente y sustituye por sonidos inventados, sin significado; pero gracias a su asombrosa expresividad, Charlot consigue que entendamos la historia a través de sus gestos, convirtiéndose una vez más en la expresión de la universalidad.

A pesar de sus esfuerzos, Charles Chaplin no pudo vencer a la modernidad: sus posteriores películas serían ya plenamente sonoras, y el personaje de Charlot desaparecería. Tiempos Modernos representa la inolvidable despedida de Chaplin a todo un mundo, y la inauguración de otro.