domingo, 14 de octubre de 2007

"TIEMPOS MODERNOS" BY CHARLES CHAPLIN

Antes de adentrarnos en la propia película, deberíamos conocer unas pinceladas de la vida de su actor principal; Charles Spencer Chaplin.



Director, actor y productor de cine de origen británico, creador del mítico personaje de Charlot. Hijo de un humilde matrimonio de artistas de variedades, su padre falleció siendo él muy pequeño y su madre sufría trastornos mentales, por lo que pasó parte de su infancia y su adolescencia en la calle o acogido en distintos orfanatos. Debutó en escena a los ocho años de edad y continuó actuando en distintas compañías ambulantes hasta que logró destacar en una de las más célebres de Londres.


A los veintiún años se trasladó a Estados Unidos, donde se dedicó al medio cinematográfico.
La mordacidad con que Chaplin criticaba problemas sociales y satirizaba muchos de los aspectos de la vida estadounidense creó mucha polémica. Acusado de comunista en el ambiente enrarecido de la llamada caza de brujas, y perseguido por el escándalo que originó el último de sus cuatro matrimonios, con Oona O’Neill, la hija del famoso dramaturgo, que contaba sólo dieciocho años, terminó por abandonar Estados Unidos.






Tiempos Modernos significó la última aparición en pantalla de Charlot, el personaje que dio a Charles Chaplin fama mundial, y que todavía permanece en el imaginario colectivo como una de las figuras más queridas y reconocidas del séptimo arte.

La película es una sátira del maquinismo y del capitalismo como máximos responsables de la deshumanización del individuo; una verdadera crítica a la explotación del hombre propia de nuestros 'tiempos modernos', siempre tratada en clave de humor. Ya que, en palabras del propio Chaplin, "la comedia es el estudio más serio del mundo”.

El film se rodó en 1936, en plena resaca de la Gran Depresión Americana, cuando el desempleo masivo coincidía con la también masiva implantación de la automatización industrial; un contradictorio contexto de huelgas, paro y mecanización, que queda perfectamente reflejado en la pantalla. Una de las escenas más emblemáticas es aquella en la que Charlot aparece literalmente engullido por la inmensa máquina del progreso.

A pesar de que el sonido sincrónico se había implantando ya desde 1928, Chaplin se resistía al cine sonoro considerándolo la ruina del arte de la pantomima. Así, Tiempos Modernos se concibió inicialmente como una película muda.

No obstante, Chaplin decidió incorporar unos pocos diálogos en la película como símbolo de deshumanización, y por ello, hizo que “hablaran” solamente las máquinas.

También en Tiempos Modernos -por primera vez en toda la filmografía de Chaplin-, Charlot muestra su voz al público. Pero, fiel a sus principios, lo hace sin decir ni una sola palabra: en la escena del café-restaurante, éste interpreta una canción cuya letra “olvida” convenientemente y sustituye por sonidos inventados, sin significado; pero gracias a su asombrosa expresividad, Charlot consigue que entendamos la historia a través de sus gestos, convirtiéndose una vez más en la expresión de la universalidad.

A pesar de sus esfuerzos, Charles Chaplin no pudo vencer a la modernidad: sus posteriores películas serían ya plenamente sonoras, y el personaje de Charlot desaparecería. Tiempos Modernos representa la inolvidable despedida de Chaplin a todo un mundo, y la inauguración de otro.





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